viernes, 18 de octubre de 2013

Breico

¡¡¡Breico, breico!!!. Por aquí se hace presente la estación “Cosmonauta”, operador  “Manuel”. Saludos cordiales a toda la rueda.
Seguramente, a la mayoría de ustedes esta frase u otra similar no les diga absolutamente nada. En cambio a muchos otros, esta frase y otros argot del mundo de la banda ciudadana, les traigan miles de maravillosos recuerdos y añoranza.
La banda ciudadana, también conocida con las siglas CB, o bien como la banda de los 27 Mhz, 11 metros, etc; es una forma de comunicación por radiofrecuencia que durante unas décadas fue tan famosa, conocida y utilizada como lo es hoy en día Internet.
Para muchos, esta terminología como puede ser “radiofrecuencia”, emisores, receptores, transceptores; les suena a algo complicado y lejano. Algo sólo exclusivo para expertos.
Ello viene dado en muchas ocasiones, por la confusión que existe entre la radioafición y la banda ciudadana. Los equipos de radioaficionado son de un coste notoriamente más elevado. Por el contrario, los equipos para emitir en banda ciudadana son sorprendentemente sencillos, baratos, fáciles de instalar y de manejar; y ofrecen un gran número de ventajas que si tuviéramos la oportunidad de probar, nos engancharía y nos entusiasmaría. Más adelante, observaremos algunas de esas ventajas que nos ofrece la comunicación por banda ciudadana.
Pero… ¿Por qué la CB es tan desconocida en estos días?. Incluso atreviéndonos a preguntar sobre ello a personas que vivieron en esos años de popularidad y apogeo de la CB, parecen no saber con exactitud lo que es y lo que fue.
La gran mayoría de ellos, asocian la palabra emisora, con la radioafición. Y es en este momento donde nos atreveremos a analizar de una forma simple la diferencia más significativa entre radioaficionado y usuario de banda ciudadana (cebeista).
  • El Radioaficionado, es una persona experta en el manejo de equipos de radiofrecuencia, que por medio de complicados exámenes, demuestra su capacidad y obtiene una licencia para realizar comunicaciones por radio, tanto con su propia voz como con el código Morse; empleando para ello los más diversos, caros, y complicados equipos.
  • El Cebeista, no está obligado a demostrar sus conocimientos técnicos ante ninguna prueba. Simplemente tiene que solicitar la licencia y pagar unas tasas para utilizar una emisora de CB. Los equipos son muy fáciles de manejar y de muy bajo coste. Cualquier persona puede hacer uso de la banda ciudadana sin importar su nivel de conocimientos electrónicos, estudios académicos o nivel económico. Y lo más importante: “No tienes que realizar ningún tipo de examen”.
Es cierto, que tanto la radioafición como la CB realizan comunicaciones utilizando una emisora unida a una antena. Y es esta la razón por la que muchas personas relacionan erróneamente la banda ciudadana o CB, con la radioafición. Pero hemos visto, que existe una clara diferencia.
También son muy diferentes los tipos de conversaciones que se mantienen entre radioaficionados y entre cebeistas.
  • Los Radioaficionados hablan de temas técnicos, usando para ello muchas veces un complicado lenguaje a base de códigos. Además, en ocasiones hacen uso del código Morse.
  • Los Cebeistas hablan de cualquier materia, sin que para ello sea necesario el uso de códigos o lenguaje técnico. Es decir, se habla de forma normal. Los temas de conversación son de lo más variado, y por lo tanto en la banda ciudadana se habla de lo que le apetece a cada cebeista en ese momento. O simplemente se integra en alguna “rueda” y se suma a las opiniones que allí se estén debatiendo. Primando siempre la cordialidad y el respeto, cualquier tipo de conversación que tendrías con un amigo, un familiar, un vecino, o alguien a quien acabas de conocer, es siempre bien recibida.

Así mismo, se debe aclarar que también existen entre radioaficionados conversaciones muy similares a las que nos encontramos en las ruedas de cebeistas. Pero en la banda ciudadana es más común encontrar conversaciones distendidas y cotidianas, no sólo porque su propio nombre hace referencia a que nos encontramos en la banda de los ciudadanos, sino que en muchos casos los cebeistas se conocen entre sí y existe un clima de confianza que facilita el diálogo de forma más cercana.

2 comentarios:

  1. Un ¡hurra" merecido al amigo Yeray.
    Y para los aficionados al cacharreo electrónico se puede ser cebeista con desechos electrónicos de los que nos encontramos en la calle o en rastros y tiendas de segunda mano.
    Fuentes de alimentación de tres o cuatro amperios y trece voltios las he adquirido por menos de dos euros.
    Transceptores de juguete que valen perfectamente para experimentar los he comprado a un euro.
    Así que esta afición no es cosa de dinero, es cuestión de creatividad y gusto.

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  2. Hace unos días buscaba un regalo por la calle Ripoche. Me metí en una tienda de hindúes, de los que casi solo queda el recuerdo, pero los que la nostalgia me remiten a los finales de los sesenta del siglo pasado, cuando la creatividad de algunos cebeistas nos llevaba al muelle Grande con el fin de constatar con los radios de la flota japonesa y adquirir a precio de oro los transistores para nuestro cacharreo. Bueno, a lo que iba: en la calle Ripoche, en la tienda VISANTA, encontré unas radios de saldo, una de ellas de marca PANAVOX se ofertaba con el precio de diez euros. Me sorprendió su precio ya que aparte de tener sintonía digital en FM y AM también tenia don bandas de onda corta.
    Compré una con el fin de "despellejarla" y estudiarla, desconfiando por ser tan barato su precio, teniendo en cuenta las prestaciones que anunciaba.
    Comencé con su sacrificio ordenado, deduciendo en primera vista que era un trabajo de chinos, pero, sorprendiéndome de entrada por los circuitos integrados que constituían su fabricación.
    Las características que anunciaban eran ciertas. Estaba fabricada en su totalidad con tecnología japonesa de la firma TOSHIBA, y con algunos circuitos reservados de los que se usan en el campo militar.
    Le he dedicado unas cuantas horas, mas de las que le suelen dedicar los locos cacharreros, y para entenderla del todo me faltan unas cuantas horas mas.
    Quiero añadirle un VFO con el fin de recibir la banda lateral y montarla en una caja que la haga merecer su clase, ya que la cubierta de plástico y sus accesorios son una verdadera mierda, pero su corazón es un diamante.
    MORALEJA: la cacharrería es una afición muy, muy barata, ya te puede dar unas sorpresas de ¡AUPA! y en estos tiempos no es como cuando los cebeistas íbamos al muelle a "pordiosear" a los radios japónicos que nos vendieran por "TRESCIENTAS" pesetas un transistor de germanio de los que daban cinco Vatios, y que nos costaba el equivalente a dos días de trabajo.
    Bueno, espero que lo escrito sirva para estimular la creatividad de los que todavía tienen claro que la radio es una asignatura mas, y que le queda mucha mas vida que a nosotros mismos.
    ¡VIVA A LA RADIO!.
    Haaviside........

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